Hoy hay estudios sobre el impacto de las tecnologías en el desarrollo cerebral; tenemos la capacidad tecnológica de hacer estudios que antes no podíamos realizar. Por ello, hoy tenemos más herramientas para prepararnos mejor ante estos riesgos potenciales que en la revolución industrial [Herwegen, 2024]. Evitar la IA hoy es como evitar la electricidad, es una tecnología flexible que va más allá de su función primaria y que debemos aprender a gestionar de manera segura.
En la era de la inteligencia artificial, nos vemos obligados a retomar el propósito de la educación, esa educación que trasciende la simple acumulación de conocimientos.
Incluso antes de las computadoras, la opinión de «¿para qué necesito saber matemáticas si tengo una calculadora?» era un reto constante que los profesores debían enfrentar en el aula.
Y es que muchas veces no nos damos cuenta de que disciplinas como las matemáticas y las ciencias, evaluadas por pruebas internacionales como PISA, desarrollan habilidades analíticas y de procesamiento de datos estructurados y no estructurados, en el mundo tangible e intangible; por su parte, materias como la filosofía y la teología moldean valores éticos y morales.

Todo esto se combina con las artes y el lenguaje que, por su parte, estimulan la creatividad y la capacidad de formar conclusiones y opiniones. Aunque a veces no olvidamos, los pedagogos saben que esas disciplinas no son silos y que la academia no es solo conocimiento; según el marco de [Habilidades Sociales y Emocionales (SSES) de la OCDE], estas competencias no solo facilitan el aprendizaje académico, sino que también preparan a los estudiantes para adaptarse a un mundo en constante evolución a lo largo de la vida.

La transformación tecnológica en la educación solo se potenció
Desde los 90, las computadoras se han convertido en parte del contexto educativo, pero la pandemia de COVID-19 marcó un punto de inflexión y catalizó la adopción de tecnologías digitales. Las plataformas de aprendizaje en línea y herramientas de IA se convirtieron en recursos esenciales, pero también expusieron desafíos significativos y evidenciaron problemas estructurales. Un informe de UNESCO señala que, aunque la tecnología ha ampliado el acceso a la educación, el uso inadecuado de la tecnología se ha vuelto el mayor riesgo.
Un uso sin acompañamiento y preparación puede llevar a una dependencia excesiva de la tecnología y a una menor profundidad en el aprendizaje. Los estudiantes, por ejemplo, utilizan herramientas de IA como asistentes de escritura o resolución de problemas, a menudo sin la guía de un docente y en contextos donde la definición de asistencia es muy amplia. Además, los celulares, omnipresentes en la vida de los jóvenes, suelen asociarse con entretenimiento en lugar de aprendizaje, lo que refuerza la necesidad de una educación tecnológica estructurada.
¿Por qué hay niños y adultos que usan una computadora para aprender y trabajar, mientras que otros para entretenerse?
Como cualquier herramienta, estas no son malas por naturaleza, sino por el uso que les damos. Quienes usan un celular para trabajar, por ejemplo, tienen claras las capacidades y límites de esa tecnología [Sana, Weston & Cepeda, 2013] .
En décadas pasadas enseñamos en las escuelas cómo buscar libros en una biblioteca, citar una fuente o buscar en Google; la IA es un sistema más complejo, por tanto, es necesario educar en el uso correcto de la IA, tanto a nivel funcional como ético. Ignorar la IA en la educación sería un error comparable a haber desestimado el impacto de Internet en los años 90. En aquel entonces, quienes no aprendieron a navegar la red enfrentaron desventajas significativas en el acceso a información y oportunidades.

Hoy, no enseñar a los estudiantes a usar la IA de manera crítica y ética los expone a riesgos como la absorción de contenido inapropiado o errado, la generación de información o contenido nocivo, o la exposición de datos y privacidad de manera involuntaria. Un estudio del Banco Mundial destaca que la alfabetización digital va más allá de la tecnología, incluye el manejo responsable de la IA, y, por tanto, es una habilidad esencial para el mercado laboral del futuro [Banco Mundial, 2022].
El peligro de la pereza cognitiva y la solución humana
El riesgo de la "pereza cognitiva" asociada al uso excesivo de la IA es un problema evidenciado. Este fenómeno ocurre cuando las personas delegan tareas intelectuales a la tecnología sin cuestionar sus resultados independientemente del nivel de autonomía del sistema; se debilita el pensamiento crítico, la resolución de problemas y se delega la capacidad de decisión; sin embargo, este riesgo no es exclusivo de la IA.

La tendencia a buscar la comodidad, o el ocio excesivo, ha existido siempre en ciertos sectores de la población; algunas veces esto ha motivado la innovación y en otros ha generado la dependencia. Lo distinto ahora es la escala en la que este efecto se da y la velocidad de resultados de las distintas herramientas tecnológicas; se amplifica este comportamiento si no se gestiona adecuadamente.
La autonomía humana en la artificialidad masiva
Estamos constantemente enfrentados a una perspectiva de reemplazo y debemos aprender de la Revolución Industrial: hay trabajos que desaparecerán, otros se transformarán y otros aparecerán; la clave está en la preparación. Aunque no exclusivamente, pero sí especialmente en educación, los estudiantes pueden sentirse tentados a aceptar respuestas de una IA sin analizarlas, ya sea por velocidad de respuesta o la falta de recursos para efectuar un análisis correcto; esto limita su capacidad de aprendizaje crítico y hace crecer la tendencia al ocio. FlexFlix aborda este problema al enseñar a los usuarios a preguntar y conversar con la IA, a filtrar y priorizar la información, especialmente, con ayuda del profesor, utilizando la IA como un punto de partida en lugar de una solución final. Un artículo del [Journal of Educational Technology, 2024] señala que las plataformas educativas basadas en IA, como FlexFlix, pueden mitigar estos riesgos al fomentar la interacción reflexiva con la tecnología.
Lo humanamente irreplicable
Aún cuando existen proyecciones para pasar a IA más inteligentes que un ser humano cada vez más rápido, todavía tenemos una generación que probablemente viva gran parte de su vida sin ella; y, aun cuando la tenga, nunca será exactamente igual a cada individuo. Las habilidades cognitivas del ser humano son esas que aprendemos por el resto de nuestros sentidos y sistemas de procesamiento, no solo el pensamiento. Es importante que generemos los espacios y eduquemos en la importancia de mantener un balance de desarrollo integral: físico, mental y emocional.
Un ejemplo práctico de esto sería dejar de educar académicamente a un niño en el colegio porque es bueno en fútbol; a la larga le hacemos daño porque le limitamos su desarrollo, incluso en habilidades que le sirven para el rendimiento en el deporte. Si hubiese aprendido de anatomía, biología y nutrición, podría tomar mejores decisiones sobre sus hábitos y comunicarse mejor con su soporte médico. Aprender a relacionar lo que comemos y cómo esto afecta nuestro cuerpo nos sirve a todos, no solo a los que están en dieta.
Una oportunidad para reducir el analfabetismo funcional
El analfabetismo, ya sea tradicional o digital, va más allá de la capacidad de escribir, leer o utilizar. La incapacidad para comprender lo que se lee impacta en toda la vida. La facilidad de uso de la IA puede parecer un desastre para una persona así, pero también da una alternativa que no vimos antes.
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Nunca fue tan inmediato el resultado de una mala pregunta; a diferencia de una persona, la IA siempre responde la pregunta tal cual es, no lee el contexto para intentar responder lo que cree que quisiste preguntar. Tenemos la capacidad de trabajar sobre la comprensión lectora y el arte de elaborar una pregunta de una manera en que antes no podíamos. [Oxford Internet Institute, 2023]
Una alternativa para las consecuencias de la anemia infantil
Las consecuencias de la anemia infantil van más allá de la infancia [Zavaleta y Astete-Robillard, 2017]. Por lo general, la etapa más crítica de desarrollo cerebral se da antes de ingresar a un aula. Y, si bien los efectos de esta deficiencia pueden ser críticos, tampoco debemos asumir que todos los casos son iguales. Es correcto y necesario afrontar este problema como una estrategia social de nutrición; sin embargo, también es necesario entender los efectos en el aprendizaje y los procesos de enseñanza. En un aula, un profesor debe tener la capacidad de gestionar múltiples niveles de desarrollo cognitivo y emocional, esto en algunos casos hará que el docente termina concentrándose en un promedio; dejando así a los niños en los percentiles extremos sin el soporte necesario.
FlexFlix GPT y sus videos on demand generan una alternativa a la gestión de los efectos de este problema. Una película en FlexFlix puede verse cuántas veces se necesita y el GPT puede recibir preguntas simplificadas o profundas sin cansarse; esto permite que los docentes tengan un aliado con el que puedan acompañar el desarrollo de cada estudiante; sin tener que parar de atender a un estudiante por otro.
La IA no soluciona los efectos de la brecha de desnutrición, a decir verdad, puede incluso abrirla; sin embargo, si aprendemos a utilizarla y enseñar con esto podemos darle una oportunidad a aquellos que hoy no pueden ser atendidos o que muchas veces se pierden en las estadísticas.
FlexFlix: Un puente al futuro
FlexFlix tiene una historia que comenzó en 1998, por lo que ha trabajado con distintas tecnologías, con y sin IA; esto le ha dado la capacidad de entender la necesidad de abordar los requerimientos de seguridad psicológica de un cerebro que está en pleno proceso de desarrollo y cómo cada tipo de tecnología influye.
Plataformas como FlexFlix representan una oportunidad para integrar la IA en la educación de manera significativa y priorizando la pedagogía ante la tecnología. FlexFlix no solo facilita el acceso a contenido educativo personalizado, sino que también promueve un enfoque colaborativo entre el estudiante, el docente, los padres y la tecnología.
Aprendiendo fuera del aula
FlexFlix habilita a los padres para que tanto estudiantes como padres puedan tanto reforzar un tema cuantas veces sea necesario como aprender nuevos temas o soluciones de IA. Padres de generaciones anteriores llevaron enciclopedias físicas como Lexus; La Enciclopedia ilustrada del Perú; o la Enciclopedia Británica o tal vez en CD como Encarta 98. Hoy internet nos llena de posibilidades que no siempre son fáciles de procesar y que requieren filtros adicionales para poder ser usadas de manera segura por menores.
FlexFlix gestiona estos riesgos proveyendo a los usuarios de una librería de +10,000 contenidos con objetivos curriculares; un GPT que busca explicar y promover el arte de preguntar; y el acompañamiento de personajes que enseñan de manera didáctica y expanden la curiosidad.
Transformando el aula y potenciando a los profesores
Al utilizar FlexFlix y la metodología PACCC, los estudiantes pueden explorar temas complejos con la guía de la IA, mientras los profesores guían o supervisan el proceso según sea el objetivo pedagógico, asegurando así que se fomente el pensamiento crítico, la creatividad y el balance entre lo virtual y lo físico. Este enfoque híbrido permite a los estudiantes desarrollar "caminos mentales" —racionales e irracionales— que les ayuden a aplicar el conocimiento a situaciones reales y entender cómo hacer para que la IA aumente sus capacidades en lugar de delegarlas.
FlexFlix no busca reemplazar a los maestros ni tampoco impedir el desarrollo cerebral de los estudiantes; por el contrario, busca utilizar los beneficios de la tecnología y preparar a las personas para depender de ella. Además, FlexFlix puede ayudar a abordar los riesgos psicológicos asociados con el uso indebido de la IA; en un aula, el trabajo es compartido. Flexflix empieza por desarrollar contenido con fines pedagógicos y un GPT con un algoritmo para que no emita opiniones calificativas, políticas o hable temas para adultos; los profesores, por su parte, determinan cómo desarrollar su clase y promueven la conversación y análisis sobre los resultados generados por la IA, tanto los que dicen como los que se omiten. Un [informe del Foro Económico Mundial] subraya que las habilidades de pensamiento crítico y alfabetización digital son cruciales para preparar a los jóvenes para un futuro donde la IA será omnipresente en el trabajo y la vida cotidiana.
Aprende con FlexFlix
Una plataforma de edutaitmente con un GPT curado donde aprendemos de más de 10,000 videos a demanda tanto con contenido curricular como de aprender a usar las soluciones de IA. FlexFlix acompaña con sus copilots a los estudiantes, padres y profesores para desarrollar el arte de preguntar; a pensar primero y aumentar su inteligencia con la IA después.

Un llamado a la acción
La educación del siglo XXI debe evolucionar para preparar a las generaciones actuales y futuras no solo para usar la IA, sino para pensar con ella y sin ella. Esto requiere un cambio en la forma en que los sistemas educativos abordan la tecnología, colocando a los profesores en el centro como guías y facilitadores. Al integrar herramientas como FlexFlix y priorizar el desarrollo de habilidades socioemocionales y cognitivas, podemos formar mentes adaptables, éticas y críticas, capaces de navegar un mundo impulsado por la IA. Ignorar este desafío no es una opción; el futuro depende de nuestra capacidad para educar a las próximas generaciones en la colaboración efectiva con la tecnología.